Escrito en Un Bar

escrito en un bar, en la esquina de alvarez jonte y avenida san martin, barrio de la paternal, ciudad de buenos aires.

jueves 4 de noviembre del 2004, 1730 horas.

48 horas antes de enchufarme en la matriz de vuelta, un tostado y una pepsi me ayudan a hacer tiempo

veo colectivos, un 24, un 146 diferencial, un 105. un patrullero, camiones pesados, claro, por la avenida san martin transitan camiones de carga. es la “red de transporte pesado” de la capital, que le dicen.

en la mesa de al lado, un hombre de unos 80 años, con un parkinson muy avanzado, lee el diario popular.

afuera esta nublado, frio.

un cliente entra, pide un cortado. el mozo lo saluda, mientras en la barra un flaco lava vasos, los seca, los deja listos para que otros como uno se sienten un rato a pasar el tiempo.

en la esquina de enfrente, la pizzeria “yatasto”, y enfrente de esta, la ferreteria de “julio y dora”, presente en el barrio desde 1950. en la puerta, un señor que debe ser julio, y en las persianas metalicas, publicidades viejas, que me hacen pensar en los lubricantes bardahl, en las pilas varta, en el shampoo valet, en el chocolatin jack.

besos en otra mesa; primavera fresca, lluviosa, pero primavera al fin.

el anciano de la mesa de al lado se levanta dificilmente, le cuesta mucho caminar. me mira con ojos profundos, lejanos, doloridos. desvio mi mirada, tal vez por pudor, dolor, vergüenza.

la pareja de enamorados le pide al mozo una lagrima y tostadas con dulce de leche y manteca; dificil no escucharlo, la flaca tiene una voz aguda y no me cuesta oirla claramente.

suena un telefono. otro 24 se detiene en la esquina, baja una señora con un bebe.

me termino el tostado, y se va haciendo hora de terminar de escribir.

se va haciendo hora de irse, como sucede siempre. para luego volver, como sucede siempre.