Palais Des Nations Unies

Desde que llegue a Ginebra en 1991, tuve varias veces la ocasion de entrar en el palacio de las Naciones Unidas de Ginebra. La primera vez fue con Lucia, alla por marzo del 91, cuando vino de visita con sus viejos, ya que ellos se habian mudado al sur de Francia mas o menos para la misma epoca. La cosa fue que entramos al palacio, creo que fue un domingo, y paseamos por los diferentes salones, visitando esa inmensa estructura, que es el edificio que sirve de sede a la sucursal europea de la World Company.

Es un edificio impresionante, sinuoso, en el que no es dificil perderse. Esta construido sobre una loma que da al lago, asi que no es poco comun entrar al edificio y darse cuenta que uno esta en el tercer piso, y no en la planta baja como suele suceder en otros edificios. Ni tampoco es inhabitual que para ir al ala este del edificio haya que subir dos pisos, atravesar tres pasillos sinuosos llenos de puertas cerradas una al lado de la otra, para luego tomar el ascensor 15 y salir del edificio por la puerta 34. Originalmente construido para la Sociedad de las Naciones, la ONU tomo posesion de los lugares luego de que la primera se fundiera.

Recuerdo haber hecho el comentario, una vez que me perdi en esos pasillos, a unas personas que estaban en algun ascensor, de que el edificio es tan tortuoso como la politica internacional, y creo que aun se estan riendo tanto les parecio gracioso mi comentario. No lo dije en broma. Es mas, perderme en aquel edificio no me hizo ninguna gracia. Los pasillos son bastante tristes, lugubres, la arquitectura es al mismo tiempo monumental pero muy pesante, con tantas puertas cerradas, con plaquetitas al lado de las mismas, con gente que va y viene en silencio, con papeles acumulados por todos lados. Y un omnipresente olor a encierro, a burocracia. Paradojicamente, o tal vez no tanto, los jardines que rodean el edificio son de una rara belleza, y en esta epoca de primavera estan poblados de una vida exhuberante. El contraste es profundo y pesante. Hay incluso una familia de pavos reales (regalados por alguna familia real en agradecimiento de algun favor politico) que se ponen a cantar invariablemente cada atardecer a la misma hora.

Luego de aquella vez, no volvi a pisar el palacio de las Naciones hasta el año pasado, 2003. Entre tiempo paso de todo, y para resumir, el asunto fue que empece a trabajar como webmaster benevolo para una fundacion que cada año otorga un premio a un defensor de los derechos humanos. Y cada año se hace una ceremonia en el ultimo piso del palacio, que es un inmenso salon con un balcon que tiene una vista hermosa hacia el lago Leman, los Alpes y la ciudad de Ginebra.

A fines del 2003 me toco volver a ir, pero esta vez como profe; durante mi periodo de desempleo del año pasado encontre un curro (tanto en el sentido argentino como español de la palabra) como profe de informatica y me toco ir a dar unas clases de SQL Server 2000 en la ONU, para gente de la Comision Economica para Europa, mas precisamente.

Y ayer fui otra vez, y de lejos, fue la mas divertida de todas. Esta es la anecdota.

Resulta que tengo una primita de origen suizo-aleman, con la cual hablo siempre en ingles, ya que mi aleman y su frances no dan para una charla extendida. La cosa es que despues de varios años en Estados Unidos, la flaca decidio volver a vivir en Suiza, y se vino a Ginebra ayer para un par de entrevistas. Y charlando con ella le pregunto, que te gustaria hacer? Y me responde: me interesaria un trabajo en el campo de los derechos humanos. Y entonces se me ocurrio, y le propuse llevarla a la ONU, ya que ayer era tambien el dia de la entrega del premio ese, version 2004, en el mismo lugar del año pasado. La ocasion ideal.

La idea le gusto, pero obviamente se impone un problema basico: uno no entra en la ONU asi como asi; se imaginaran que los controles de seguridad son estrictos, numerosos y jodidos; y si no estas en la lista de invitados (que era lo que me permitia entrar anoche pero que representaba un problema para ella) dificil que te dejen entrar.

Pero uno no es caradura por nada. Con mi primita nos presentamos en la entrada de las Naciones Unidas, la que queda enfrente de la sede de la Cruz Roja, y le digo a la mina de seguridad: venimos por la ceremonia del premio, estamos en la lista de invitados. Y le doy mi cedula de identidad. Mira el apellido polaco, lo encuentra en la lista, y mirandola a mi primita me pregunta: “Estan juntos?”, a lo cual le respondo con un categorico “Claro!”. Mi primita, pobre, suiza de lo mas reglamentaria, me miro con ojos desorbitados mientras pasabamos el detector de metales, yo lo mas impavido del mundo, bromeando con el chabon de la seguridad, y tomandola por la cintura a mi acompañante mientras caminabamos por los jardines del palacio.

La flaca no podia creerlo, y me dice: “Le mentiste!” a lo cual mi respuesta fue tambien contundente: “Obvio! No esperabas menos de un primo argentino, no?”.

Lo mas comico es que despues nos enteramos que uno de los invitados de la ceremonia, un alto dignatario de no se que organizacion o pais, estaba bloqueado en la entrada (la misma que habiamos pasado) simplemente porque su nombre no estaba en la lista. La mire a mi primita y le dije, tendria que haber entrado con nosotros, no?